viernes, 13 de junio de 2008

Hoy escribe El Hijo Des-obediente.

QUIERO DESERTAR DEL NEGOCIO DE LOS OCHENTAS

Por alguna desconocida razón, al menos para éste que hoy escribe, hemos comprado la idea que “el tiempo pasado siempre fue mejor”.

Los ejemplos y las historias que me he permitido calificar como “retro-filia” abundan, nuestra idea por hacer de los recuerdos nuestro mejor tesoro, nos empeña y hasta motiva para seguir pensando que la vida sería mejor si volviéramos al pasado.

La idea me aterra. No sólo porque el “Acuanet” (los ochenteros saben a lo que me refiero) podría amenazar nuestros peinados ahora tan “cool”, sino porque imaginarnos un partido único y poderoso, renovado, reconciliado con su negro y corrupto pasado, rejuvenecido con razgos de “La Gavioooota” verdaderamente me dejan con varias noches sin sueño.

En este intento de salir del hoyo negro en el que me acaba de transportar mi traicionera imaginación futurista mientras escribo estas líneas, me topo a diario con espectaculares que evocan el tan saneado y reconciliado pasado con frases como “…sabe a cuando no había tanto tráfico”. ¡Ahhh¡

Me pregunto si ese saborcito cambiaría si le agregáramos a sus “coleccionables” botellas el recuerdo del intenso y constante aumento de precios que se daba en esas épocas -de ¿crisis? creo que se llamaba- a la menor provocación. En fin.

Lo que hoy me motiva a ser un declarado desertor de la renovada mentalidad pro-ochentera y declararme en FASE 1 de preocupación, ha sido en parte haber sobrevivido y más aún haberme resistido a la tentación de ver en la TV a esa “banda” de cuarentones, los cuales afortunadamente esta vez en sus veintitantos años de carrera entonaban su “Timbiriche, tun tun, Timbiriche…” afortunadamente ahora ya sin overoles amarillos.

Seguramente la incapacidad de dejar morir el pasado logró abarrotar estadios, auditorios y demás con el solo llamado de “Me verás volver…”.Los genios de la publicidad han sabido aprovechar este puente ataviado de sentimientos, recuerdos y frustraciones que evocan a un Soda Estereo sin más que ofrecer salvo lo mismo, “pero en vivo”, para causar a los escuchas una euforia de adolescente eso sí ahora con varios kilos, años y deudas por pagar, que hace unos 20 antes no estaban. Chin, si el pasado volviera, caramba.

De ahí que en este breve y superficial repaso del plano musical, hemos visto los brotes de resurrección de grupos, por cierto químicamente muertos, como Police, Led Zeppelín y nuestros casos más cercanos como Timbiriche, la cada vez inevitable presentación de Menudo-Reencuentro-Menudo, la revuelta de Parchís y como lo anunciaba “La Niña del Rincón” en su momento, el regreso de los Fabulosos Cadillac, que dicho sea de paso, de jurar y perjurar que no volvían, terminaron por formar parte de esta “Red Global de Explotadores del Pasado”.

Este artículo que me ha agobiado, no podría terminar con algo que amenaza con suceder y a lo que me niego rotundamente a aceptar desde ahora y por los próximos 20 años aproximadamente, y que además refuerza esto que escribo: Imaginar que las opciones que hay para hacerlas el símbolo musical del inicio del siglo 21 sea RBD, y me duele la cabeza hasta convertirse en neuralgia con sólo pensar que algunos incautos, ilusos y ciegos seguidores –peor aún- con iniciativa, por ahí del año 2028 invoquen el regreso de RBD, emulando con tipludas disonancias su “…y soy rebelde cuando no sigo a los demás”.

Tengo 20 años para diseñar un plan que pueda enfrentar esto de lo que hoy padecemos, he aquí una propuesta inicial.

1. PREFIERO EL TRÁFICO. Es una locura, pero es más fácil aprender a convivir con este mal automovilístico que llegó para quedarse y no fomentar el pensamiento del 2028 aprox. “es que esto es intransitable, en el 2008, el Periférico estaba hasta el gorro, era tardado, pero no para estar dos días atorados…”

2. DESDE HOY CONVENCERME y convencer a las generaciones venideras que el sonsonete “Y son rebelde, cuando no sigo los demás” no es himno, aunque suena a rotunda canción de lucha libertaria y me muerda los labios por cantarla (insisto en 20 años).

3. Las demás acciones, con el paso del tiempo las iré definiendo.
(…Me dicen el matador, me andan buscando… )

PD 1 Se aceptan comentarios ochenteros a favor o en contra.
PD 2 Pueden mandarlos al correo digaloenlacalle@gmail.com.
PD 3 si alguien se une a este plan de prepararnos para lo retro del 2028, por favor hágalo saber para unir esfuerzos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo, muy retro.

Anónimo dijo...

Los ochentas... francamente creo que extraño más los noventas, la epoca en la que era yo una popera de corazon, pero bueno, ni hablar! claro que los ochenta me forjaron... no me la acabo con aquello de que corría a bailar canciones de Flans, tssss... puede que sea mi epoca de los gustos culposos, aunque tambn los noventa se trataba de eso, en realidad uno extraña wenos tiempos en los que no habia mucho que hacer, es aquello de anhelar la niñez y las "cero" obligaciones, aunque claro, que estaba la escuela, pero bien que mal salia, casi siempre bien, y eso era más bonito...

Qué buenos recuerdos tengo, aunque tambn están los muy muy malos, por ejemplo aquello de viajar en trasporte publico era....,claro que hoy hay más tráfico, pero aquellos camiones ochenteros eran la muerte, los mareos que ni el limón remediaba, las paradas de emrgencia porque en ocasiones terminaba vomitando, wacalaaaa... mal mal, muy mal...

y aunque el dinero rendia más, habia menos, y la ropa, ay no!!!, la ropa sí que era mala, muy mala...en fin...creo que estoy mucho mejor ahora...

Sigo aquella maxima de Yuri... tal vez...jaja, una ochentera que decia "Siempre vendrán tiempos mejores"